sábado, 29 de noviembre de 2008

El comercial

Acojonante esta especie, sí señor. No sé cuánta gente tiene la 'suerte' de tener contacto con individuos de esta especie, pero mi madre, por tener una tienda, es decir, estar confinada en un lugar público, recibe al menos una visita de El comercial diaria. Y yo he estado presente en algunas de sus actuaciones.
 
No necesariamente tienen que venir individuos de El comercial relacionados con el sector al que está dedicada la tienda. Ni mucho menos, vienen vendiendo seguridad, comida, una fuentecita de ésas de agua (por cierto, ¿sabrán que el agua del grifo en Sevilla tiene una calidad superior a la de muchas aguas embotelladas? No lo digo yo, tengo el estudio que lo demuestra en la estantería), telefonía...Los de telefonía y telecomunicaciones me divierten mucho, porque mi madre les hace llamarme a mí esté donde esté yo y que me cuenten a mí el rollo. Y claro...yo digo que de móviles que no tienen cámara de vídeo, mp3 y radio (todo junto, cosa que es casi imposible) nanai.
 
Los mejores son los de cursos de inglés:
-Buenas, ¿le interesa un curso de inglés?
-¿A mí, para qué?
-¿Usted sabe que el inglés es el idioma más hablado del mundo?
-Pues no, es el chino...pero...¿vamos a seguir dándoles ventaja?
 
El comercial por vender...le vendería un arsenal nuclear al Dalai Lama. O haría que Bush implantara energía solar en todo E.E.U.U. ¿A que a los de Greenpeace no se les ha ocurrido mandarle un individuo de El comercial a Bush para que reconsidere su política ecológica? Seguro que con eso el protocolo de Kioto no sólo se cumplía, sino que se quedaría en bragas.
 
Si es que no sabemos aprovechar las especies que tenemos.

El backstreet boy

Tiene El backstreet boy un área de distribución que depende de la ciudad donde lo busquemos, ya que cuanto más grande es la ciudad, más discotecas tiene, y es en estos lugares de esparcimiento y perversión donde El backstreet boy prefiere estar. 
Se reconoce a El backstreet boy básicamente por su estética. Suelen llevar vaqueros marca-paquete (nena, mira ahí, sí, ahí, donde tengo el cerebro), camiseta ajustada marca-musculitos (me pincho Winstrol cada 6 meses) y mirada perdonavidas. ¡Oh Dios, qué bueno estoy! Dad gracias al cielo, nenas, que podéis mirarme.
Cuando una cae cerca de El backstreet boy comprueba que no es que tenga un tic pélvico, sino que es su forma de bailar. Yo que pensaba que el pobrecito estaba poseído por la testosterona e intentaba señalar el territorio por si alguna chati se acercaba y caía indudablemente en sus redes para un polvete decepcionante y resulta que no, que es que El backstreet boy baila así.
Por supuesto, El backstreet boy cree que el simple hecho de mirar a una chica va a hacer que a ella se le caigan las bragas de gusto y que mr Winstrol le va a proporcionar sexo con cierta frecuencia, pero como la conversación que tiene El backstreet boy suele ser más limitada que el presupuesto del gobierno en educación, la chica que cae en su red pélvica suele ser tipo La Barbie tonta. Winstrol y silicona los cría y ellos se juntan. 

lunes, 24 de noviembre de 2008

La barbie tonta

Yo de verdad pensaba que esta especie se había extinguido. Pero anteayer comprobé atónita que no, que existen, y que tienen la manía de apuntarse juntas a las prácticas d laboratorio.
 
La barbie tonta tiene como su principal hábitat cualquiera donde pueda encontrar machos ibéricos que se pongan testosterónicos perdidos ante su presencia. Tan testosterónicos que su coeficiente intelectual baja unos 50 puntos aproximadamente y sólo aciertan a decir 'jijiji' mirando las tetas de La barbie tonta.
 
La barbie tonta se define como aquella individua que sólo se preocupa de su maquillaje, acostumbra a tener buen
cuerpo, pero la cara es lo de menos, porque el maquillaje la tapa por completo. Durante una práctica de laboratorio se equivocará varias veces, echando a perder los resultados finales, poniendo en peligro el informe y notas del resto de alumnos, pero sólo acertará a decir cosas como 'uys, tía, la he cagado, jijiji'. Y el macho testosterónico le mirará las tetas y dirá: 'jijiji, no pasa nada' pensando 'A tí te equivocaba yo'.
 
Lo bueno de haber descubierto la abundancia de individuas de La barbie tonta y de machos testosterónicos ante su presencia es que queda una esperanza para los biólogos que quedamos, ya que ante tan poca competencia, obtendremos trabajo, seguro. (Ley biológica fundamental). Y La barbie tonta puede seguir poniendo posturitas.

La espesa

Tiene La espesa un hábitat reducido, muy reducido, vamos que lo que le gustan son los habitáculos pequeños tipo coche, despacho, consulta de dietista (aghs). Cuanto menor es el número de metros cuadrados donde pueda encerrarse, mejor, ya que allí puede La espesa hacer hincapié en su mayor característica: su olor corporal.
Su olor corporal viene determinado por otra característica estrictamente necesaria para pertenecer a a especie La espesa: auténtica y genuina fobia al agua, y si viene acompañada de jabón o gel de baño, el pánico experimentado llega a límites insospechados. Tanto es así que prefiere disminuir su sociabilidad hasta el punto de resultar casi una hermitaña antes que acercarse al líquido elemento. Ni siquiera lo ingiere: prefiere cocacola o espirituosos.
Uno no ve llegar a La espesa, la huele. Bueno, no la huele, sino que el hedor le abofetea a uno de tal manera que le marea los 5 y hasta el sexto sentido que dicen que tenemos. Y si La espesa se encuentra en la denominada fase gilipollas (es decir, la regla, porque vaya proceso natural más cansino), su hedor se acentúa hasta el punto que ni una servidora, que ha diseccionado peces descompuestos sin que se le caigan los anillos (más que nada porque no suelo llevar) puede reprimir las ganas de echar hasta la primera papilla.
Así que te viene La espesa a la dieta, y la que adelgazas eres tú, pero porque eres incapaz de comer durante 3 días a causa de tener el perfume instalado en la fosa nasal con muy poquitas ganas de marcharse.
Señoras, ducharse quita 3 quilos, de mierda.

viernes, 21 de noviembre de 2008

La pobre de mí que he heredado

¡Ooooh! Menudo tocamiento de ovarios me produce esta especie. Hoy al llegar de la Macarena, donde Ai y yo vamos a un curso de libre configuración sobre solidaridad (sí, queremos fundar una ONG, los 6 créditos de libre configuración no tienen nada que ver con la elección de esta asignatura), estaban en la tienda el trío lalala. Es una forma de llamarlas, son 3 mujeres en la cincuentena que van juntas a todas partes. De hecho si veo a una de ellas sola por la calle, como que me extraño. Y me he dado cuenta de que la que más nerviosa me pone pertenece a la especie La pobre de mí que he heredado.

Tras el saludo cordial y educado que acostumbro a ofrecer a gente que lleva el suficiente tiempo yendo a la tienda como para haberme visto en mi época preadolescente, La pobre de mí que he heredado me ha cogido por banda y me ha hecho el típico interrogatorio de alguien que hace años que no te ve: qué tal la carrera, tienes novio, qué piensas hacer cuando termines... Y acto seguido ha empezado.

Ha empezado su retahíla con voz apesadumbrada. Pues es que mi tío-abuelo Cipriano, al que he visto una vez en toda mi vida y me cayó bastante mal, se ha muerto, fíjate que desgracia. Y le respondes: 'Vaya, lo siento'. Lo cual es evidentemente mentira, porque tú al tal Cipriano le tenías el mismo afecto que al mandril que te lanzó un cacahuete en el zoo y acertó en tu ojo.

El caso es que el tal Cipriano no tenía más familia. Y que podía limpiarse el ano después de haber defecado a razón de una deposición diaria con billetes de 500€ (los moraditos, tan bonitos ellos, los que los han visto me darán la razón. Es casi como ver a Dios). Con lo cual supones que La pobre de mí que he heredado ha recibido una suma de dinero tal que podría comprarle pañales de Christian Dior a un chihuahua al que llamaría Tinkerbell.

Por tanto, el trauma que ahora invade a La pobre de mí que he heredado es que tiene que pagar a hacienda una bonita suma, que por supuesto dejaría en su cuenta corriente billetitos de Bin Laden como para jubilar a las 20 generaciones que le siguieran, si tuviera descendencia (aunque para ésta ya es algo tarde). Y te lo dice con cara de pena. Y añade 'Fíjate, también tengo que pagar por los 3 dúplex -200 metros cada uno, por lo menos-que me ha dejado en República Argentina, La Buhaira y Luis Montoto'. No son calles precisamente baratas, no. Y te acuerdas de que cuando curres a lo máximo que podrás aspirar sin prostituirte es a un minipiso de 20 metritos, que te costará 150 mil euros como poco.

En fin, que una arde en deseos de propinarle un katanazo a esta individua, pero se aguanta y soporta el monólogo estoicamente. Mi paciencia es mayor de lo que pensaba. 

La hierbaholic

Tiene esta especie un área de distribución bastante limitado, pero fácil de localizar, dado que sólo se encuentra agusto en un hábitat: la herboristería-parafarmacia. La hierbaholic se caracteriza por tener una auténtica adicción a las plantas, siempre y cuando éstas vengan en nfusión, cápsulas o tintura. Pero ni hablarle a La hierbaholic de acercarse al campo, donde ls plantitas tienden a vivir (manías que tienen las pobres).
Cuando aparece por su hábitat, una la reconoce rápidamente: ojeras, delgadez, palidez y mirada de insecto inquisidor rebuscando entre los artículos alguna novedad que levarse a la tetera. Como es una auténtica adicta, se las conoce todas y ay madrecita de la pobre dependienta incauta que intente colársela. Lleva tantos años infusionándose que si lee que meter los pies en agua y beberse el caldo es bueno para el riñon, La hierbaholic lo hará y contará maravillas de la experiencia.
Normalmente comen poca carne, tienen una relación tan chachiguay con el entorno que creen que comer animales está mal, o sólo comen ternera ecológica criada en granja sostenible donde les dan hasta masajitos en las ubres para mejorar la producción de leche y que la pobre vaca no se estrese, aunque vaya a terminar en el matadero igual (me voy a convertir en vaca, ahora que lo pienso allí viven de lujo).
Pues aparece La Hierbaholic y hace preguntas tipo:
-¿Tienes valeriana?
-¿La quiere en infusión, en cápsulas, en gotas, en microesferas?
-¿Cómo es más efectiva?
-Hombre la microesfera es lo último, con una capsulita diaria tiene suficiente.
-Sí, pero yo soy muy nerviosa.
-Entonces la pasiflora es más fuerte, quizá si lleva muchos años tomando valeriana le convendría cambiar....
-¿Y qué compuestos tiene la pasiflora?
Agárrate los machos colega. Como si La hierbaholic supiera en realidad lo que es una cumarina, un esterol o un fenol. Y como si la pobre chiquilla tuviera que saberlo. Total que le dice: 'Señora, sé la utilidad de la planta, pero no me sé su composición exacta' y ella te mira con cara inquisidora como si fueras inútil por ello.
A fin de cuentas va a seguir comprando hierbitas a saco e infusionándose los pies en agua Lanjarón con tal de mejorar la desviación de la 4ª vértebra en lugar de ir a un fisioterapeuta....

martes, 18 de noviembre de 2008

El tío hecho por su traje

Hace tanto tiempo que no paraba demasiado por Los Remedios que no me había percatado de lo que el hábito puede hacer al monje. Y por tanto, no me acordaba de esta especie, de la que conozco varios nombres propios, y algunos individuos que se unirán al clan en el futuro.

El tío hecho por su traje es la versión actual del yuppie ochentero, pero con menos hombreras, claro. Su hábitat principal es su despacho, que cuenta con un ordenador de última tecnología, un perchero de diseño del que cuelga un abrigo carísimo, en cuyo bolsillo hay una PDA con más tonterías en cuanto a software y prestaciones que el cuarto de baño de Sara Montiel. La mesa de dicho despacho será de madera noble, y el sillón posiblemente de ésos de cuero, con masaje incorporado.

Cuenta El tío hecho por su traje además con un coche tipo Mercedes SLK, de los que al adelantarte te peinan, y que tienden a producir el llamado 'Síndrome Golf'. Pues El tío hecho por su traje parece sufrir adicionalmente un extraño síndrome de posesión demoníaca dado por tener que vestir un traje, generalmente negro, azul oscuro o gris, pelo engominado y portafolios. Para empezar no camina como los seres humanos normales, sino con un aire de 'tengo tanta prisa que el simple hecho de perder medio segundo saludándote cuesta 2000€'. No tengo ni idea de cómo mea, pero será la versión evacuatoria de lo mismo.

Una mañana tuve que ir al Colegio de Médicos, donde había como una veintena de individuos de El tío hecho por su traje. Iba yo en mi versión hippilonga, con un forro polar 5 tallas mayor que yo, y un pantalón tipo cargo, pero sin fruncir, que lo de llevar pololos no me va. Así que el contraste era más que evidente. Pues en 0'2 sentí como la ruborización se apoderaba de mi persona, al sentirme observada al unísono por esta piara, con sonrisa ladeada como pensando 'ésta no pega aquí ni con superglue'. Nunca he visto la misma cara repetida en tanta gente junta (¿viene de serie con el traje?) O quizá con cierta nostalgia ante mi libertad de vestimenta. Es igual, me puse roja como un tomate y les dirigí la mirada analizadora para poder agregar esta especie a mi recuento.

Mediometro (que creo que se unirá a esta especie en cuanto se licencie, pobrecillo) me dijo una frase que va al pelo: 'Eres tan pobre que sólo tienes dinero'

El butanero caradura

Tiene El butanero caradura una característica especial que le distingue del resto de individuos de la especie El butanero. Y es que tiene más morro que Angelina Jolie después de comerse un saco de galeras. Y no sólo eso, sino que encima le echa tanto descaro que no se baja del burro. Explico la experiencia:
Rrrrrrrrring
-¿Quién es?
-Butano
Sube El butanero caradura, le abres la puerta, te suelta la bombona y te dice:
-Son 14'80.
-Nos dijeron que eran 13'80.
-Es por subir la bombona.
-Es que tu trabajo es subir la bombona, estás obligado a subirla hasta el cuarto piso.
-Pues bajo la bombona.
-No, ya te he pagado los 13'80 que es lo que vale. Deja la bombona ahí.
-Falta un euro.
-No, son 13'80. ¿Llamamos a la central y pregunto?
-Pues te quedas el euro y bajas tú a por la bombona.
-¿llamamos a la policía mejor?
Y entonces a El butanero caradura le sucede algo extraño. Una transformación facial que transita desde la cara de póker (tengo los huevos bien puestos y te voy a sacar un euro de más y la propina que quieras darme porque te doy pena por subir 4 pisos) y la cara de pánico (coño, que estoy robando y me acaban de trincar con los calzoncillos bajados).
Por supuesto...se le pagó 13'80. Y no quiso dar su nombre para ponerle una queja. Evidentemente. Será El butanero caradura, pero no estúpido del todo. O al menos no tanto.

lunes, 17 de noviembre de 2008

El kinki

Tiene El kinki una zona de distribución muy amplia: cualquier lugar donde haya la más remota posibilidad de que aparque un coche. Es decir, son como Dios, pero más guarros, más omnipresentes y mucho más notables.
Llega una con su coche, da tropecientasmil vueltas al barrio y de repente, cuando por fin atisba la posibilidad de plantificar el vehículo en un hueco donde no haya riesgo de multa de nuestros queridos amigos los policías locales, aparece un individuo de El kinki para intentar sacarle a una los 70 centimillos de turno. Y pretende hacerte ver que si ese hueco existe ha sido porque El kinki ha realizado un sortilegio y tirado de influencias místicas para que dicho hueco aparezca ante tí como por arte de birlibirloque. Y un carajo, llevo media hora dando vueltas, y me estoy meando, y que no te voy a dar los 70 céntimos, coño.
Así que El kinki tiene dos opciones: se jode y se aguanta que es lo que suele ocurrir. O se rasca los machos planificando la venganza. Y alguno se ha vengado. Ahora mi coche ha sido tatuado con el calificattivo de 'perra guarra'. Y yo venga a llamarlo megancito. Aunque luego han venido otros individuos de El kinki y parecen haber echado a ese especimen en concreto,tras haber dicho que no doy más un pavo a su especie después de lo ocurrido,  porque yo no le he vuelto a ver por la zona.
Así que no sé si intentar hacer limpieza étnica a base de huevos podridos o dejar que los individuos de El kinki campen a sus anchas....soportando su propia existencia, que bastante castigo es.

El impuntual

Acabo de percatarme de que aún no he hecho la descripción de una especie ampliamente distribuida en esta nación, que incluye a Cataluña (yo no soy excluyente, lo son algunos de los catalinos), el País Vasco, y bueno, qué coño, de España y punto.

El impuntual tiene su hábitat principal en su casa, o aliendo de ésta, en el preciso momento en que había quedado en estar en otro lugar. Incluso se han dado casos de individuos de El impuntual que se han detenido a dicha hora a hacer cualquier gilisandez (llámese buscar un cinturón de perlitas en El Corte Inglés), tardando más de media hora, antes de encaminarse al lugar de la cita, distante a más de media hora de camino. Y es que para El impuntual el tiempo es elástico cual queso de pizza del Sloppy Joe's.

El problema de El impuntual con su percepción temporal, es que no realiza acciones lineales, como haría una persona lógica. Me explico. Acción lineal: ducharse. Te duchas y te secas. El impuntual no, su secuencia se amplía enormemente: entra en el baño, se explota 15 espinillas, se echa crema para aliviar las rojeces de la carnicería autoinfligida, se tira un sonoro peo (sí, es pedo, pero es cursi) que hace rebotar la estructura del edificio, sale del baño hasta que se airee su obra, se da cuenta tras el aireamiento (nunca antes) de que olvidó la toalla y va a buscarla, tarda 15 minutos en regular la temperatura del agua y se ducha.

Y aún se extraña de que cuando dijo 'tardo 10 minutos' pase una hora.

Por otro lado, no conozco a ningún individuo de El impuntual que no posea una característica: son impacientes. Lo que quieren lo quieren ya, aunque eso mismo les lleve a ellos el triple de tiempo realizarlo de lo que exigen a los demás. Me remito a un ejemplo: me mandan a fregar los platos, y si tardo poco, por un lado me dicen que qué poco he tardado, pero por otro me dicen que tenía que haber tardado menos (y me lo dice quien tarda media hora en fregar 3 platos con cubiertos y una ensaladera).

Ai me explicó a qué se debe la relación causa-efecto del binomio impuntualidad-impaciencia. Llegan tarde para no tener que ser ellos quienes esperan. ¡Pues nos ha jodío!

  

domingo, 16 de noviembre de 2008

La niña osea

Esta es una especie que no me encuentro diariamente en mi entorno, dado que me hago vieja, y una deja de pertenecer a ella, o al menos sus contemporáneas. Pero hubo un tiempo en que un gran porcentaje del personal femenino con el que cruzaba aproximadamente dos palabras a la semana era claro ejemplo.
Generalmente una encuentra especímenes de La niña osea de una edad no superior a 18 años, 20 como mucho. Pero hoy, en la puerta de la sala de Pilates...nos hemos encontrado a una que rondaba la treintena, y del trauma he decidido describirla.
La mayoría de individuas de La niña osea suelen además ser de la especie La pija fashion victim, aunque supongo que hay excepciones, pero aún no las he encontrado. La característica más notable de La niña osea es su capacidad de emitir sonidos agudos de unos 120 decibelios (similares a los del despegue de un avión, dicen), es decir, de emitir grititos con cosas como '¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyy!', pegando saltitos cuando se encuentran con amigas también pertenecientes a La niña osea. O para anunciar algo empiezan a gritar con la voz más aguda posible (los delfines no son nadie comaprados con su tono) diciendo '¡Tía, tía tía!'. Es decir, todas son tías de todas, y con tanto parentesco...yo me he hecho un lío. ¿Quién es hermana de quién si las dos son tías de las dos? Es un misterio sin resolver. Curiosamente no se llaman 'sobrina' entre ellas.
Además suele gustarles el color rosa. Pero no rosa y ya está, vamos no una camiseta rosa, algo simple, que puede ser incluso favorecedor. No. Debe ser algo rosa con pompones, lacitos, corazoncitos o cualquier otro atributo que convierta el objeto en algo cursi. Muy cursi. Objetivamente cursi. Y si pone cosas como 'I love you, cari', mejor.
En fin, me extendería mucho más, pero recordar a La niña osea treintañera me produce dolor de cabeza. ¡Esa contaminación acústica, por Dios!

El conductor cocainómano

Es ésta una especie bastante abundante en Sevilla, y más cuando una recorre cierto número de kilómetros al día. Yo reconozco pertenecer a la especie El conductor Fitipaldero pero al menos procuro no molestar a nadie con mis manías respecto al acelerador. Pero a nuestro amigo El conductor cocainómano eso parece importarle un soberano bledo, por no decir otra cosa, que no queda fino.
Tiene El conductor cocainómano la extraña manía de comerse todas las rayas. Todas. Y claro, una se vuelve loca detrás intentando adivinar por qué carril se decidirá nuestro amigo. Así que cuando vas a adelantarle por la izquierda...se desplaza a la izquierda. Y cuando vas a hacer la cucamona de adelantarle por la derecha...se echa a la derecha. Todo esto a una velocidad bastante inferior a la que yo pretendo ir en cuanto le adelante. Es que las rayas están tan ricas.....
Yo no sé si es por ganas de moelstar, que es probable, o porque se acarajota uno con tanta línea blanca, que también. Si es que el mono es el mono. Lo que resulta curioso es la capacidad de prever tus movimientos, aunque decidas no usar intermitente ni nada y fastidiarte la maniobra para que una no pueda meter sexta de una vez, pasarle y dejar que se meta todas las rayitas que quiera. Sé de alguien en los Pajaritos que le dejaría amterial a buen precio. A ver si asi nos deja a los demás conducir tranquilos.

Inauguración

He decidido volver a escribir. Hace 2 años que no lo hago y la verdad es que me gusta, pero ha habido una abducción y un cambio de vida que ha dado como resultado que no tengo tiempo libre y me he vuelto menos observadora. Como sé que a mi única fan le gustaba el tema, volveré a mi tema, la fauna ibérica, que por algo soy bióloga (y quien mente a la Sra. Obregón le capo) y porque me da la gana.
Con cada nueva entrada de Fauna Ibérica introduciré una de las antiguas hastas traérmelas todas aquí, que queda más molón.
Quien se ofenda que se rasque. Yo también estoy en alguna de mis especies y no me corto un pelo en autodescribirme. Hala, ahí queda eso.