miércoles, 2 de mayo de 2012
La telenovelera
sábado, 23 de abril de 2011
El Mi mercedes es un trasantántico
lunes, 18 de abril de 2011
El peluche filósofo
sábado, 3 de julio de 2010
La burraca cincuentona encabronada al volante
El kinki desgraciao
El kinki desgraciao no tiene nunca la culpa de nada. Nunca. Él trapichea porque la gente es muy mala.
El kinki desgraciao se droga o mejor dicho...de vez en cuando se desmarca con una pequeña ayudita porque la gente es muy mala.
El kinki desgraciao viste como si le hubiera pasado un huracán encima porque la gente es muy mala.
El kinki desgraciao quiere encontrar trabajo, pero no lo busca porque la gente es muy mala.
El kinki desgraciao no tiene carné de conducir, porque no va a la autoescuela porque la gente es muy mala.
El kinki desgraciao no come sano porque la gente es muy mala. Prefiere alimentarse de pastelitos que le dan azúcar para huir de la policía.
El kinki desgraciao arrastra las palabras porque la gente es muy mala:
-Hola
-Holllllaaaaa....cccooommmmo essssssssssssssshtassssssssssh
-Oye no entiendo un carajod e lo que dices...¿Te has fumado algo?
-No....yoooo hablooosss assssshí para queee la geeeeeenntee no me ennnntiennnnda y nnno nosssss pillennnn losssss malllooosssss
-Vamos, para que no se entere la policía de que estáis pasando droga.
-Sssssssssshíi
Ésta es una gran característica de El kinki desgraciao: no se le entiende un carajo, pero en realidad da igual, porque como siempre va con su estado de percepción alterado, tampoco es que entienda lo que dices. Oye las palabras, pero en su cerebro apenas quedan ya dos neuronas, y están peleadas, con lo cual es incapaz de recordar la primera palabra que dijiste y de comprender una frase completa.
Por lo tanto lo mejor es utilizar frases cortas y responder con monosílabos. Y para una charlatana como yo...se pone la cosa fea.
El kinki desgraciao es de las pocas especies que tiene la facultad de ponerme de los nervios.
Dicho está
martes, 22 de junio de 2010
Breve clasificación del buitre discotequero
Como no me apetece extenderme mucho en la descripción de los especímenes que nos ocupan hoy, los he agrupado en una sola superespecie, ya que tienen ciertas cosas en común. La primera es el hábitat, claro. Sirve cualquier sitio con música alta, oscuridad, algún foco ultravioleta, litros de alcohol y unos baños con una deficiente higiene. Ahí la superespecie El buitre discotequero se encuentra como pez en el agua, o lo intenta. Dada esta premisa, y que su principal comportamiento se encamina a la misión 'ligar con cualquier cosa que pueda llevar falda sin resultar ridícula' haré un minirrepaso de los que recuerdo, aunque sospecho que deberé continuar en posteriores capítulos.
En primer lugar, aunque aún dudando si pertenece a una especie de Fauna Ibérica tenemos a El buitre guiri que no habla ni papa de español. Este tío es brutal. Se acerca, no te dice ni hola y tira de tu brazo como si fuera la correa del perro que tiene que sacar a pasear, para arrastrarte al centro de la pista e intentar bailar contigo. Todo sin decir ni pío. Ahí, con dos cojones. Entonces cuando te suelta le dices que nones y te largas corriendo. Y te pasas la noche huyendo del sujeto por si le da el punto otra vez. Decidí clasificarlo dada su abundancia en...en...en todas partes.
En segundo lugar está El buitre reiterativo. Éste se pasa la noche pasando alrededor de donde tú estás, dudando si acercarse. Pasa una vez como para ir al baño, vuelve a su sitio, eso sí, sin quitarte ojo, aunque tenga que hacer una maniobra giratoria de cabeza digna de la niña del exorcista. Luego vuelve a ir al baño. Si vas a la barra, estará ahí en 2 segundos. Si te quieres tirar por la barandilla, estará también cerca. El caso es que le veas bien. Y cuando has decidido que no tiene un problema de vejiga, se acerca para decirte algo así como 'Jeje, hola, mira qué cosas, tú y yo hacemos juego'. Sólo porque lleva una camisa del color de tu top. Tú educadamente echas mano (después de un ratito de ser correcta) de la maniobra 'voy al baño porque quiero que desaparezcas'. Te vas y cuando vuelves, a otro punto, él estará ahí de nuevo y se acercará varias veces durante toda la noche.
En tercer lugar tenemos al El buitre lapa. Es ése que se presenta dándote dos besos muy cerca de los labios, a ver si se le escapa la lengua, y se te queda pegado como un chicle al pelo. Cuanto más borde te pones, más se te pega. Como un chicle en el pelo. Y aunque le mandes directamente a la mierda, sigue intentando toquetearte, o manteniendo contacto físico. Como un chicle en el pelo. Mejor lo llamaré El buitre chicle en el pelo.
En cuarto lugar mencionaré a El buitre bailarín correcto. Es discreto, así que se sobrelleva bien. Menos mal. Simplemente se arrima a bailar contigo y cuando ve que no le sigues el juego, se aleja y se queda a unos dos metros. Así da gusto.