sábado, 3 de julio de 2010

La burraca cincuentona encabronada al volante

Tuvimos la 'fortuna' de toparnos con esta especie un día, en Huelva. La experiencia nos llenó no de orgullo y satisfacción, sino de encabronamiento y acojone supremo.
El asunto fue en una rotonda, por lo que deduzco que el hábitat de esta especie se distribuye donde haya carreteras, y si son carreteras donde por su encabronamiento pueden provocar un accidente de tráfico como el de cierto videojuego de cuyo nombre no quiero acordarme, mejor.
Pues bien, estando en la rotonda, una estupenda rotonda de 3 carriles, por el central ya que teníamos que dar 3/4 de vuelta a la msima, La burraca cincuentona encabronada al volante, que iba en un peugeot 307 azul marino decidió que, a pesar de ir por el carril interno, tenía que coger esa salida y que nosotros, que seguíamos la lógica trayectoria circular, nos habíamos interpuesto en su camino, por lo que nos obligó a tomar la salida a Gibraleón.
Encima de que nos obligó a meternos ahí, La burraca cincuentona encabronada al volante iba detrás gesticulando tiernamente con los dedos, haciéndonos llegar todo su amor. Así que yo, que no iba conduciendo, me giré y le tiré besitos y le dije adiós. Eso debió aumentar su amor, porque se puso roja como un tomate, hasta el punto que comencé a ver humillo emanando de su pelo teñido con muy mal gusto, por cierto.
Habiendo línea continua y para seguir mostrándonos su aprecio, nos adelantó, y comenzó a circular cada vez más despacio, hasta frenar en el arcén. Marina, muy digna ella, adelantó a La burraca cincuentona encabronada al volante y seguimos mientras les veía bajarse del coche (ya que llevaba a su homólogo masculino de copiloto) y llamarnos de todo por no parar y bajarnos del coche para mostrarnos todos físicamente el cariño tan intenso que nos habíamos cogido en esos breves instantes.
En fin, que se pusieron a intentar alcanzarnos, hasta que nos las 'hicimos de Tupamaro' y dimos la vuelta para volver a la súper-rotonda y continuar nuestro camino.
Ante esto yo me pregunto...¿por qué la gente no sale de casa con la pajilla ya hecha y así iríamos más tranquilos y felices por la vida?

1 comentario:

Maria Rojo dijo...

Lo dicho la señora no iba desahogada, seria que era holandesa y por eso con la espuma que escupia por la boca no la entendiais, ains desde luego... besos guapa